jueves, 20 de noviembre de 2025

AÑORADA POESÍA


Entra en mis escritos añorada poesía,
donde tu alma no respira y languideces
y entonces me dirás de dónde venía,
aquel viento que soplaba tantas veces.

Donde las fosas nasales se inflamaban,
de aquellos perfumes y aquellos olores,
de las ramas que del viento se doblaban
y aquellas luces con multitud de colores.

Entra mi adorada poesía, en el corazón,
ahora que no encuentro las palabras
para expresar el deleite de mi razón.

Pasa, como hiciste tantas veces a mi lado,
a tratar la melancolía que me aquejaba,
de ciertas tendencias que no he superado.

Entra de la mano y serás una buena
compañera en las estrofas sin rima,
hasta que me reveles el significado,
del tañido de un verso que resuena.

De ti heredaré la música y las rimas
de esos momentos que te dedicaré,
y la angustia y las intenciones íntimas
o los vacíos de tristeza, las  venceré. 

Y los sueños, incluso los más  fugaces,
podrán brindarme los vapores del olvido,
en los rincones amargos donde yo también
caigo, por los tristes recuerdos que he vivido.

J. Plou

miércoles, 19 de noviembre de 2025

AMOR, SUEÑA CONMIGO



Amor

Sueña conmigo, pues muero sin ti.

Cuando tu imagen se desvanece

cielos negros se alzan, arañando mis mares

Y la espada de tu ausencia me traspasa…


Mi hermosa musa del verso,

eres la centinela de mis noches.

Refugio cuando el sol del este

asciende sobre tu celestial sonrisa…


Tus azules ojos, Infinitos

son laguna silenciosa

con brillo inconmensurable,

donde se refleja la inmortalidad…

En la oscuridad de nuestras noches de placer…


En rima

Mis palabras soñadoras,

se imprimen en las tuyas;

para convertirse en narradoras errantes

de mis penas cuando estoy sin ti

Y del tiempo pasado en tus brazos.

J. Plou


SIGO MARAVILLADO

Sigo maravillado

Por el suave murmullo del agua

Por el trinar de los pájaros

Por estas alegrías terrenales


Sigo maravillado

Por un amor

Invencible

Siempre presente


Sigo maravillado

Por este amor ardiente

Que no teme ni al torrente del tiempo

Ni a la devastación

De los días acumulados


En mi espejo descolorido

Aún me sonrío

Sigo maravillado

Nada puede cambiarlo

El amor ha echado raíces

De una vez por todas

Para siempre.


Sus ojos reflejan para mi un rayo azul.

De este amor ardiente sigo maravillado.

J. Plou




lunes, 17 de noviembre de 2025

BAJO LA LUZ DEL ANOCHECER


¿Acaso el aire ha vuelto a anunciar lluvia,
y por eso ha oscurecido nuestra habitación?
¡No! El aire es claro como el cristal,
tranquilo, como pocas veces en este raro otoño.
Se ha hecho tarde, un instante que se escapa,
solo las ventanas de enfrente sonríen,
con su brillo tenue, en el ocaso de la luz,
mientras el cielo se viste de humo dorado.
En una hora será una noche maravillosa,
pues nada hay más bello que este color
que se marchita lentamente,
sutilmente ensombrecido,
como las sombras que brotan del suelo,
arrastrándonos hacia el sueño,
hacia sus misteriosas tinieblas.
Cuando estamos uno frente al otro, sin palabras,
es en esta hora, donde los rostros se transforman,
más viejos, más extraños, más lejanos,
como si cada mirada fuera un descubrimiento.
Pero tú, ahora, no quieres el silencio,
pues en él el tictac del reloj,
rompe el tiempo en mil fragmentos,
y la respiración suena, como una enfermedad.
Me pides que te cuente algo,
y accedo con gusto;
mas no de mí, pues ya lo sabes todo,
después de cinco décadas juntos.
Voy a contarte una historia en esta hora,
donde solo reina el silencio,
deseando que tenga la calidez
de esta luz blanda del anochecer,
que flota, velando nuestras ventanas.
Recuerdo aquella noche, aquí sentado,
leyendo un libro,
hasta que el sueño me envolvió suavemente.
De pronto vi personajes deslizándose,
recorriendo las paredes,
sus palabras danzaban en el aire,
sus vidas contadas en un susurro.
Al seguirlos con la mirada, desperté,
el libro yacía a mis pies,
y busqué su historia entre las páginas,
pero ya no estaban.
Tal vez las había leído en otro sitio,
o jamás existieron.
Quizás fue un sueño,
una historia con nubes multicolores
que llegaron de lejanas tierras,
robando la lluvia que nos había deprimido,
o tal vez una antigua canción,
cantada por voces olvidadas.
¡No lo sé!
Historias así vagan en mi memoria,
haciéndome correr tras ellas,
sin retenerlas,
soñando desde imágenes bruscas y coloridas,
hasta finales suaves, sin tocarlas nunca,
solo dejando que la luz del anochecer
guarde los secretos de nuestro tiempo.

J. Plou