sábado, 9 de noviembre de 2024

La poesía es como un ser vivo



Intento depurar la esencia de los poemas,

adaptando los decisivos momentos,

ensayando nuevas formas, nuevos temas,

escribiendo de mi mismo, fragmentos.


Es difícil elegir siquiera una palabra apenas,

entre tantas como tenemos en mente,

dejando de lado aquellas que te son ajenas;

el poema tiene que ser valiente.


Hay que averiguar cada sonido verso a verso

como la repetitiva cantinela,

que aprendimos en la escuela.


La Poesía quizás con todo esto se hace,

es como un ser vivo con conocimiento

y cuando llega el momento... ¡ella nace!

J. Plou

miércoles, 6 de noviembre de 2024

El laberinto

La vida es como un laberinto,

donde un día entramos confiados;

un laberinto interminable que sólo acaba

cuando los ojos desencajados,

creen haber encontrado el fin

y una luz de esperanza,

se enciende en las pupilas.

La vida es como un laberinto,

y yo voy por el atajo,

que estrecha mi camino,

ante paredes gigantes me detengo

y escribo con las uñas mi destino

Y en primavera me diluyo en el aire.

A veces pasan por mi mismo camino,

amigos o enemigos que se cruzan,

que pasan ocultando sus virtudes

o presumiendo de sus pecados.

Y amé a las amigas que pasaban,

amé la altivez escarlata de sus labios,

la mirada de unos azules ojos.

La vida es como un laberinto,

donde al alba resuenan lejanas melodías,

hay días en que el laberinto se hace pequeño

y débil como el nácar de las caracolas

y es tan dulce pasear esos días,

por los senderos íntimos,

por las sonantes encrucijadas,

pero hay que seguir caminando,

porque la vida es como un laberinto,

donde sopla furioso un viento gris,

que roe nuestras carnes,

y hasta las mismas estrellas

derraman gota a gota su sensualidad.

J. Plou

 

sábado, 21 de septiembre de 2024

LOS AMOS



Tuvimos muchos amos,

tuvimos hienas y reyes,

tuvimos burros y bueyes

y a todos los alimentamos.


Mejores o peores, 

era lo mismo:

la bota que nos pisa, 

es siempre una bota.

Lo que quiero decir:

no cambiar de señores, 

si no, no tener ninguno.


Lo que hoy está arriba ya irá bajando.

Mas para los de abajo, esto significa

que hay que seguir empujando.

J. Plou

EL MENDIGO DE MI BARRIO


Era un oscuro ciudadano,

abandonado en medio de la ciudad,

despojado y marchito,

como el reloj de la iglesia,

sin otro oficio que vagar por las calles.


Era el familiar venido a menos,

adicto a las tabernas

y cómplice de bandoleros.

Su voz naufragaba en los escaparates,

y perdía la vista en los periódicos,

pero tenía los pies bien puestos sobre la tierra.

Tenía una celda reservada en las comisarías,

y solía bailar bajo la noche con su camisa blanca

y su ajada corbata.


Era un oscuro ciudadano,

extraviado por el mundo;

iba cogiendo colillas de cigarros,

y se peinaba hacia atrás,

para mostrar su noble frente.


Era un oscuro habitante; no era nadie;

en nada se distinguía de otro ciudadano;

tenía  abuelas y parientes que se fueron.

era una ola entre todas las olas,

que se levantaba a las seis de la mañana

porque ya no podía oler el polvo de su casa.


Porque no era nadie,

estaba en medio de las calles,

girando como un organillero

con su camisa gastada,

mirándose la punta del zapato,

por si alguien quería darle una moneda,

aunque nadie le miraba al pasar

porque solo era alguien,

deteriorado por el hambre.

J. Plou


LLUEVE



En el campo el agua mustia

cae fina, lenta, leve;

con el agua cae angustia:

llueve...


Pues cuando la lluvia empieza,

caigo rendido, caigo enfermo,

para olvidar la tristeza,

duermo...


También el agua ha lloriqueado

junto a mí, cansada, leve;

despierto sobresaltado:

llueve...


Entonces, muerto de angustia

ante el panorama inmenso,

mientras cae el agua mustia,

pienso...

J. Plou

jueves, 19 de septiembre de 2024

TUS MANOS


Tus manos, tan acariciadoras,

tan bellas, blancas y bienhechoras.

¡Sólo ellas son las que aman,

las que todo lo dan y nada reclaman!

¡Las que por aliviarme los dolores,

me sacan las espinas con amores!


Para el ardor ingrato de mis penas,

siento alivio con esas dos azucenas.

¡Cuando la vida deja mis carnes mustias,

son dos milagros apaciguando angustias!

Y cuando me acosan las maldades,

son alas de paz sobre mis tempestades.


Ellas son las celestes; las milagrosas,

porque hacen que en mi sombra florezcan rosas.

Para el dolor, caricias; para el pesar, unción;

¡Son las únicas manos que tienen corazón!


Yo que llevo en el alma dudas escondidas,

cuando tengo la ilusión y las fuerzas caídas,

¡Tus manos aquí en mi pecho son,

como dos alas sobre mi corazón!

¡Tus manos saben borrar tristezas!

¡Y perfuman con purezas!

J. Plou

sábado, 22 de junio de 2024

Poeta de dudosos versos



Soy un poeta de dudosos versos,

cuando escribo de amor,

voy dejando vocablos dispersos.


Si escribo sobre rosas y amapolas,

me salen lirios, geranios y violetas

y tengo que rimar con olas o caracolas.


Cuando escribo, mi alma se eleva

y ruge como si estuviera sobre el mar,

durmiendo dulcemente en una cueva.


Mis poemas huyen de los altares,

no quieren santos ni dioses;

ni escribo sobre pesares.


Si escribo sobre la primavera,

le digo al invierno que vuelva,

y arroje su agua sobre la pradera.


Poesía, que cuando nieva se disuelve

en tristezas, clamando por las flores,

con que la primavera nos envuelve.


Mi alma se rinde ante una fragancia,

un suspiro, un verso, una prosa,

perdiendo los papeles con elegancia.

J. Plou

 

lunes, 29 de abril de 2024

Últimos ocasos



Conforme va la vida descendiendo,

se ven mas claros los últimos ocasos,

se distinguen mejor sombras, pasos

y tantas cosas que vas aprendiendo...


Se apaga el sol en cielos rasos,

la luz se desgarra descendiendo

y del azul que ha ido enmudeciendo,

afloran a la luz antiguos fracasos.


Esto de lo que antes fui dueño,

son las maderas de un carro erguido,

que por pesados caminos conduje.


En aquel carro, desplegué un ensueño.

Y esta madera, ¡ay!, siento que cruje,

como aquello que antes he vivido.

J. Plou

lunes, 15 de abril de 2024

Eres cálida brisa



Adoro tus ojos azulados,

tu figura de divina diosa,

tu valor de estar a mi lado

y tu olor a perfumada rosa.


Rotunda y dulce eres,

para mis hambrientos labios.


Cerca de mí tu voz,

suena a música divina.


¡Qué delicada fuerza

me das cuando suspiras!


¡Qué multitud de ideas

se alejan de mi mente,

risacuando me miras,

melancólica y cierta!


Cerca de mí apareces

como un horizonte verde,

una tibia esperanza,

un amor que me pierde.


Eres la cálida brisa 

que despierta mi estambre, 

mi silencio y mi sonrisa.

J. Plou

 

martes, 9 de abril de 2024

Oda al pasado



Añoras el pasado, que ya no existe

encerrado en tu círculo profundo

y ruedas derrotado por el mundo

que te dio la verdad que no quisiste.


Ves cada día en el espejo tu figura,

como grabada a tinta y sueño.

a veces dudas ser el dueño,

de semejante caricatura.


Tu corazón inmóvil y vacío

ha perdido la sangre que no tuvo.

Es inútil segar donde no hubo

más que un cuerpo baldío.


Obstinada negación, perdida esencia,

que no ha podido ser ni ha pretendido.

Ahora recuerda que nunca ha sido,

porque no ser es ser sin existencia.

J. Plou