martes, 2 de diciembre de 2025

SE ACERCA EL INVIERNO



¡Se acerca el invierno! ¿no ves,

en la llanura rizada en ondas,

como amarillean espigas blondas,

huellas de oro del último mes?


El viento gime, la luz llega a su final;

caen los nidos sobre el sendero;

no quedan pájaros en el alero,

ni mariposas en el marchito rosal.


Tras la tapia del viejo muro,

pausadamente el ciprés se mueve,

ahora sopla el viento, ahora llueve,

bajo un cielo gris oscuro.


Se marchita la flor de las dalias,

un árbol cruje, las hojas ruedan,

y entre el follaje se enredan,

con los pétalos de flores caídas.


Cae la noche, se enluta el cielo,

esto al poeta le hace soñar,

ante ese cuadro de sombra y duelo.

J. Plou

 

domingo, 30 de noviembre de 2025

NADA ACABA



Todo pasa, pero nada acaba,

queda el recuerdo que se forma,

en ecos que golpean el intelecto;

pero queda más: "el corazón",

el corazón que golpea fieramente,

como queriendo romper el pecho.

El recuerdo de lo que fuimos,

nos queda lento, casi quieto.

De todas las vivencias,

solo queda un poema y un silencio.

Yo quisiera explicar toda mi historia,

qué más quisiera…

J. Plou

ESTRELLAS DE BRILLO INTERMITENTE


En la noche, me da por pensar,

veo estrellas de brillo intermitente,

y el frío, que me hace temblar,

el gran frío del mundo y su gente.


Lo que veo, dolor me produce,

pues poco amor suelo encontrar,

solo tu, de savia espesa y dulce,

haces que la noche me haga soñar.


Solo tu eres real en un mundo fingido,

te miro a los ojos, te toco y te creo

y eres cálida y de amor compartido,


Realidades que solo en ti acaricio,

que aún duran cuando cierro los ojos.

J. Plou

 

TEATRO VACÍO



Me colé en un teatro vacío,

mi cómplice, un silencio maldito,

sin voces, solo un eco frío

y el escenario fue mi laberinto.


Detrás del telón, los sueños vi,

entre bambalinas, nada bonito,

voces pasadas, gritos que no oí,

muecas y miedos, un canto infinito.


El telón, guardaba las voces,

la lona rasgada, testigo callado,

de otros tiempos pasados…

J. Plou

 

jueves, 27 de noviembre de 2025

EL EBRO EN ESCATRÓN




En el corazón de la comarca del Bajo Aragón, se extiende un rincón de España donde las aguas del Ebro fluyen con calma y sabiduría. Escatrón, un pequeño pueblo que parece haber detenido el tiempo, se asienta orgulloso a la orilla de este majestuoso río, custodiado por montañas que se dibujan en el horizonte como antiguos centinelas.


Una mañana de primavera, con el sol asomando tímidamente entre las nubes, decidí aventurarme a explorar el camino que serpenteaba junto al Ebro. Con mi cuaderno en mano, me senté en una roca plana, rodeada por el murmullo del agua y el canto de los pájaros que anidaban en los álamos. Cada año, el río traía consigo historias, ecos de generaciones pasadas que habían visto crecer a Escatrón desde sus humildes inicios.


Mientras escribía, comencé a recordar las leyendas que mi abuela me había contado sobre el Ebro. Se decía que el río era un guardián de secretos, un testigo mudo de amores perdidos y sueños olvidados. Las corrientes, con su incesante movimiento, parecían susurrarme relatos de pescadores que arrojaban sus redes en busca de fortuna y de campesinos que cultivaban las tierras fértiles a su lado.


Un destello de luz en el agua me sacó de mis pensamientos. Era un grupo de niños que jugaban a la orilla, atreviéndose a desafiar las frías aguas en busca de pequeños peces. Sus risas resonaban en el aire fresco, recordándome que, a pesar del paso del tiempo, la vida seguía floreciendo en este rincón del mundo.


Me levanté y me uní a ellos, dejando el cuaderno a un lado. Juntos, chapoteamos y nos dejamos llevar por la alegría del momento. En ese instante, comprendí que el Ebro no solo era un río; era el alma de Escatrón, un hilo conductor que unía la historia con el presente, donde cada gota narraba una parte de la identidad del pueblo.


Tras un día lleno de risas y nuevas amistades, regresé a casa con el corazón colmado de recuerdos. Sentado en mi habitación, abrí el cuaderno y escribí sobre cómo el Ebro no solo esculpe el paisaje, sino también a las personas que habitan en sus márgenes. Sabía que, mientras el río siguiera fluyendo, las historias de Escatrón seguirían vivas, tejidas en la corriente que arrastra sus aguas hacia el infinito.


Así, en cada visita al Ebro, entendí que ser parte de Escatrón significaba formar parte de un relato interminable, donde la naturaleza y los hombres compartían un destino común, uno que se contaba al ritmo de las olas y los murmullos del viento.

J. Plou


TENGO QUE DECIRTE AL OIDO



Tengo que decirte al oido,

a solas, donde la pálida luna

sea nuestro testigo inerte,

¡con intensidad!¡los dos a una!.

tu prometerás amarme,

yo, juraré corresponderte.

Pero, sin ponernos condiciones,

porque, con amor de verdad,

se han de sentir las emociones,

se ha de sentir, felicidad.

¡Tengo que decirte al oido...!

donde nadie sin razón

se interponga en el camino

que juntos recorremos,

siempre con el buen atino

que nos dicta el corazón.

¡Tengo que decirle al oido...!

te entrego mi alma entera

para tí, ¡cariño mío!

haz con ella lo que quieras

pues ya no se si pertenece,

a tu cuerpo, o al mío

¡Tengo que decirte al oido...!

Sellemos este día,

con un tierno beso

entregando el corazon,

y solo por eso,

puedo perder la razón,

para que siempre recuerdes,

que es solo nuestro

y nuestras almas se fundan,

en un simple..."Te Quiero"...

J.Plou


QUIERO SER TU HOMBRE



Quiero ser el hombre...

que necesitas;

que llene de calor,

de caricias y color,

toda tu vida.

Que te ofrezca amistad,

respeto y verdad,

en todo momento.

Que no sea un espejismo;

que te hable de amor,

sin egoísmo.

Que logre proyectar,

en tu alma, la paz;

que destruya de una vez,

todo tormento.

Quiero ser el hombre...

que te muestre en el querer

lo que es ternura,

que te bese con pasión,

que te colme de placer,

con su locura.

Quiero ser el hombre

que llegue a conocer

cada parte de tu cuerpo,

que te acaricie sin temor

que bese sin rubor,

tus mil secretos.

Quiero ser el hombre...

que te dé sin reclamar...

que disfrute del amar

sin ataduras;

que deguste de tu miel,

se moje en tu humedad,

en todo momento,

sin guardar para después

remordimientos.

Que te provoque al mirar,

te limpie el corazón

de sufrimientos;

que sea macho en el arder

quiero ser el hombre,

que te haga estremecer,

al pronunciar tu nombre.

Que te cante una canción,

cabalgando en la pasión

sin aspavientos.

Que te haga sentir mujer...

¡toda una mujer!

J.Plou


HE PERDIDO MIS HUELLAS



He caminado sobre la suave arena

y ya no puedo distinguir mis huellas.

He perdido tantas veces el camino

y tantas veces he vuelto a empezar

que ya no sé donde me encuentro.

Me encuentro solo, en el centro.

giran las nubes, pasan las estrellas

y yo continúo perdido, sediento;

sumido en esta encrucijada.

Me paro a mirar y no veo.

trato de escuchar algún sonido,

que me revele la anhelada senda,

mas solo oigo un profundo latido,

en el fondo de mi pecho.

Siento que me fallan las fuerzas

todo gira a mi alrededor,

las piernas se me doblan

hasta clavar mis rodillas.

en la fría arena...

Quiero volver atrás,

pero ya he perdido mis huellas.

J.Plou


DESPERTANDO SENTIMIENTO




Buscando tu cuerpo desperté un día,

entre el suave lienzo del cálido lecho,

rodee con mis brazos, tu tierno pecho

y besando tu boca, sentí que eras mía.

Busqué ansioso, en tu boca el sabor,

mis manos, dibujaban tu figura,

en caricias, de pasión y ternura

dando a tu cuerpo, notas de color.

En fuerte abrazo, rozando la piel ardiente,

tu cuerpo ansioso, se enrrolló con el mío,

cabalgando como un corcel hacia el oriente,

perdiéndonos, en aquella mañana de estío.

Fue romper de olas, en la noche fría,

fue huracán, que termina en gemido,

o fue el amor, que contigo he vivido,

que no me deja olvidar que fuiste mía.

J.Plou

CUANDO TE VEO



Bajo los jazmines,

que envuelven la roca,

el denso musgo verde,

ni siquiera te toca.

La tierra que tocas,

se tiende a tu paso;

al tiempo que evocas,

tus rítmicos cantos.

Esos árboles que ves,

en continuo movimiento,

se inclinan ante ti,

movidos por el viento.

Si te lavas en el río,

rebosa su fresca cascada,

al pie de las lomas;

bañando los campos,

de humedad y aromas.

Y cuando te veo,

mi corazón palpita,

mi alma se emociona

y mi cuerpo se agita.

J.Plou