Sentirte aquella noche, era el único camino
por donde mis sueños llegaban al alba.
La noche caía...
sobre un profundo sueño terrestre;
las hojas sollozaban como agua desatada.
Pájaros dentro de mi cabeza anidaban,
emigraban hacia tus manos pálidas.
La noche caía...
como una espada lenta;
en mi frente se reflejaba tu sonrisa,
sonrisa que llenaba de murmullos,
todas las rosas abiertas.
Mi cuerpo dormía en el rincón
donde mueren los besos.
La noche caía...
sobre el ancho perfume
cansado de los jardines,
sobre la tierra fría de los campos,
bajo la luz de faroles moribundos.
La noche caía...
como caen las tristes amapolas
sin poder olvidar el casto rumor
de los mares de trigo.
J.Plou
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