domingo, 11 de noviembre de 2018

Fina flor


Estaba en apuesto tallo una fina flor,
que con delicia la brisa movía
y con el tierno y cariñoso balanceo,
en su cuna infantil se dormía.

Acariciaba el sol la flor naciente
con puro afán amoroso, 
y era su rayo tan brillante, 
tan puro y tan ardiente
que la sumía en plácido reposo.

El calor, era su alimento,
y transparentes gotas de rocío
entre las alas del nocturno viento,
iban llorándole al sol, en su desvío.

Por la noche, callada y misteriosa,
su cáliz se teñía de oro y grana
y siempre la encontraba más hermosa,
al salir el sol cada mañana.

Y cuando altivo el sol subía,
con su aliento de fuego la besaba,
al notar que la flor que más quería
su pura esencia le mandaba.

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