
Solo una mujer en mi harén me enamora,
estar con ella es lo que aguardo,
para aspirar la esencia embriagadora
de su carne, olorosa como un nardo.
De sus ojos una llama abrasadora
me enardece, punzante como aguja,
ya su cuerpo de diosa triunfadora
el fondo de mi alma lo embruja.
De la noche en la sombra misteriosa,
en la habitación color de rosa
le brindo mis caricias, mis excesos;
y turbando el silencio de la estancia,
en nuestras bocas, con elegancia,
estallan, resonantes, nuestros besos.
J. Plou
No hay comentarios:
Publicar un comentario