
El río, es un puro espejo,
cuando la luna oculta su fulgor,
los árboles se esfuman en su ardor,
y la corriente borra su reflejo.
Arrastra versos lejanos,
susurros de almas en soledad,
mientras una lluvia de verdad
borra sueños y restos humanos.
En mi ventana, un río se disuelve,
el eco de un río que siente y llora,
las palabras flotan, se hacen niebla.
Mas el viento las trae, nunca se muere,
pues en cada gota, hace desaparecer,
los versos que el alma atesora.
J. Plou
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