
Se filtró la simiente,
entre las piedras,
de aquel puente
y germinó floreciente,
una hermosa higuera.
Nació solitaria,
y sin quererlo,
nació en la pared.
La lluvia le cayó con fuerza,
y el sol, le quemó algunas hojas,
le azotaron los vientos,
el frío la congeló
y algunos quisieron,
que ese árbol que nació,
abandonara ese puente.
Pero la higuera, aguantó
agonizaron sus ramas,
su tronco, se le partió
y derramó en él su savia.
Pero llegó la primavera,
brotaron ramas nuevas,
y todos pudieron ver,
que la vida es luchar,
por seguir viviendo.
J. Plou
No hay comentarios:
Publicar un comentario