LA LUZ

 

 He vivido días en que todo sale mal.

De esas noches en que parece que no pasa el tiempo, son el insomnio que no desaparece ni contando ovejas.

Pero también he visto como la vida vuelve a la normalidad.

Después de la tormenta, siempre viene la calma.

No lo notas de golpe, pero te das cuenta de que todo huele distinto, de que el corazón late a buen ritmo.

Porque la oscuridad de la noche, es una pausa para limpiar lo que sobra, porque la luz necesita espacio para entrar en el día.

Ser libre no es esconderse, es mirarte al espejo y no sentir vergüenza. Es poder decir: ¡Aquí estoy! sin temblar y no olvidar lo que te dolió, porque fue el dolor lo que te enseñó a no rendirte.

Entonces un día cualquiera vuelve la luz, porque así funciona la vida; la luz siempre regresa si te atreves a seguir respirando.

A veces parece que no hay salida, pero sigues caminando; ahora sabes que la calma existe, que la esperanza se siente.

Si alguna vez la oscuridad vuelve, no te asustes, pues la noche es otra forma de amanecer.

J. Plou