¡Quién pudiera esta tarde lluviosa
de abril,
amada mía, dejarte mi blando
pensamiento,
como un lecho de rosas en alegre
movimiento!
Yo iría en paz como fiel amante, a
acariciarte,
con la flor de mis ojos que te aman
en silencio.
En un cojín de nubes el sol se va
escondiendo,
mientras sopla el viento, con un
dorado cerco,
y yo, tu amante más audaz, a tu
costado
un beso te tiraría, amada mía,
Aquí, sentado en mis soledades,
todas las tardes sueño con hablarte,
con verte, con cantarte en mis
versos,
¡Amada mía, moradora de mis
sueños!
J.Plou
No hay comentarios:
Publicar un comentario