miércoles, 14 de noviembre de 2018

Divina poesía

¡Divina Poesía,
virgen del amor ciego,
que de luz tienes el alma
y la sangre de fuego!
Ya en febriles deseos,
ya en cánticos divinos
o en poemas ateos.
Yo reí con tus risas,
y temblé con tus besos,
hallé amor en tus letras
y calor en tus versos.
Yo escuché tus arrullos
y busque tus secretos,
en el tranquilo cielo,
o en el mar turbulento;
ya en las verdes llanuras
o en los grandiosos montes,
ya en los santos amores
o en los locos deseos;
ya en amar lo imposible
o en soñar sin objeto!
Yo viví dulce vida
de delirios y ensueños,
Yo aplacaba mi ansiedad
con cantares serenos
y espantaba las penas
con llorarlas en verso...
Y hoy, que viene la vida,
con brutales aprietos,
imponiendome las leyes
de sus tristes decretos;
hoy, que necesarias luchas
solicitan mí esfuerzo
y las horas que pasan
se me llevan el tiempo,
¡con qué sorda tristeza!,
¡con qué desconsuelo!,
¡con qué angustia
de tus brazos me alejo,
divina Poesía!,
virgen del amor ciego
que de luz tienes el alma
y la sangre de fuego!
J.Plou

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