¿Donde vas,
débil y vacilante?,
que en otoño
los vientos sacuden,
te veo
marchar con tu carga
y yo, viejo,
no puedo aliviarte
del cansancio
que dobla tu espalda.
En tus nobles
ojos, de dulce mirada,
ya se notan
las líneas del ópalo,
que viejas
tristezas delatan; .
resignada
miras tu luz que se apaga.
J.Plou
No hay comentarios:
Publicar un comentario