La cándida mañana,ya se asoma,
con rostro apacible en el horizonte,
bañada de una luz resplandeciente,
que también brilla por su aroma.
Huyen como azoradas las tinieblas,
a la parte contraria de la Tierra.
Aquí, ya se vislumbra la sierra
y desaparecen las bajas nieblas.
¡Agradable espectáculo! cuando,
la milagrosa luz del día ha llegado,
ya comienza a volar el aire templado.
El ámbar ya se exhala de las flores,
y suaviza la atmósfera, las plantas,
reviven todas sus colores.
J. Plou
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