
La naturaleza es un templo vivo
en el que los pilares a menudo,
me permiten crear tramas inusuales;
yo la atravieso por un bosque de secretos
y allí la miro con ojos familiares.
Percibo ecos que se desvanecen en la distancia.
En la noche, siento como armonizan
sonidos, colores y perfumes;
hay olores frescos como las rosas,
y dulces como la voz de un niño;
hay colores verdes como el prado,
y otros, ya disolutos, ricos y triunfantes,
con fluidez que nunca acaba,
como incienso y resinas de oriente,
que exaltan los sentidos y la mente.
J.Plou
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