Me daba miedo las noches de invierno,
con aquellas calles largas y oscuras;
desiertas por el cierzo y los fantasmas;
¿Era yo aquél, aquel de por entonces?
No me recuerdo bien. No tengo pruebas.
Era en la postguerra. Mucha gente
no vivia bien, seguro, pero aquel tiempo,
para los niños era hermoso,
y aunque la vida iba mejorando,
había tantos sueños rotos:
ya se soñaba con viajar a la luna;
inventar pan para que no haya pobres,
aquel tiempo influyó en lo que somos.
como era el campo, y aquel cielo,
quiero acordarme, pero hace tanto tiempo,
en la casa, acabada la cena,
todos bien avenidos gastaban bromas,
y a falta de guitarra, con la sartén,
tocaban seguidillas y y jotas,
a la luz de los candiles;
y luego como no se cabía,
nos acostaban en la cabecera
y en los pies de la cama.
Contaba mi abuelo,
que despues de la guerra,
El cielo no fue ya claro.
La gente se hizo dura,
y los niños de repente crecimos,
fuimos otros, nos perdimos
igual que se perdieron
tantas y tantas cosas.
J. Plou
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