jueves, 26 de diciembre de 2024

¡Paz en la tierra, para los hombres!



Oí las campanas el día de Navidad

los villancicos resonaban,

y dulces, las palabras se repetían:

con la canción:

¡Paz en la tierra, para los hombres!


Y se oyeron al llegar la noche,

los campanarios de todas las iglesias.

Habían repicado

El canto ininterrumpido:

¡Paz en la tierra, para los hombres!


Hasta que, repicando y cantando,

el mundo cambió de la noche al día,

Una voz, un tañido, un canto sublime:

¡Paz en la tierra, para los hombres!


Entonces, los cañones tronaron.

Y con el sonido, los villancicos se ahogaron:

¡Paz en la tierra, para los hombres!


Fue como si un terremoto hubiera partido

los cimientos de un continente,

Y hubiera dejado desolados los hogares.


Y desesperado, incliné la cabeza;

¡No hay paz en la tierra!, dije;

Porque el odio es fuerte y se burla de la canción.

¡Paz en la tierra, para los hombres!.


Entonces las campanas repicaron más fuerte:

Esta vez con un repique de muerte y destrucción.

J. Plou


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