
Tengo, de día, las ventanas abiertas,
corridas las cortinas del comedor,
respirando un aire con olor de violetas,
y escribiendo lo que inspira el amor…
Bebo agua pura, en un vaso profundo
creo que mi vida es de lo más normal,
pienso si tendrá remedio este mundo,
porque nada cambia y todo sigue igual.
Me siento, ¡al fin!, maduro, para ver las cosas,
tal como son: el pan pan y el vino vino...
Soy feliz simplemente: deshojando unas rosas,
o grabando, con el dedo, tu nombre en el espejo...
J. Plou
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