Yo soy un fingidor.
Finjo hasta el pensamiento
y hasta finjo el dolor,
el dolor que de verdad siento.
Y quienes leen lo que escribo,
sienten, en el dolor leído,
no el dolor que yo vivo,
sino aquél que no han tenido.
Y así voy por mi camino,
distrayendo a la razón,
de ese miembro divino,
que se llama corazón.
J. Plou

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