
Educar es lo mismo
que construir una casa,
hay que medir, equilibrar
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que tener en el alma,
un poco de paleta,
un poco de arquitecto,
un poco de poeta
y un kilo y medio de paciencia.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que esa casa es ese niño,
que llegará lejos en la vida.
Soñar que ese niño,
llevará nuestra carga de palabras.
Soñar que cuando un día
estemos durmiendo,
otros seguirán nuestra enseñanza.
J. Plou
No hay comentarios:
Publicar un comentario