En el rincón profundo de mi memoria,
donde las letras bailan con pasión,
un genio se despide, dejando historia,
Vargas Llosa, maestro de la imaginación.
De "La ciudad de los perros" brotó su voz,
un retrato crudo de juventud y dolor,
los ecos de Lima cantan su adiós,
en cada hoja, un suspiro, un clamor
"La casa verde" el refugio creador,
donde el deseo y la historia se entrelazan,
un laberinto de amor, lucha y fervor,
por sus páginas la vida descalza.
Y en "La guerra del fin del mundo",
un eco de lucha, de sueños y fe,
los héroes caídos dejan su rumbo,
en la batalla, la voz de un porqué.
Así en esta hora oscura y sombría,
la literatura llora su partir,
pero en cada palabra que él nos dejó,
su esencia viviente siempre estará aquí.
Descanse en paz, noble Vargas Llosa,
con sus letras eternas, nos guíará,
pues aunque su cuerpo acabe en la losa,
su legado es fuego que nunca se apagará.
J. Plou
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