Entre las verdes colinas,
luce majestuoso el olivar;
sus aceitunas cristalinas,
hacen al campo soñar,
Entre los áridos surcos,
que a sus raices dan cobijo,
plantó su banasta de junco,
y justo al lado el botijo.
¡Varea,el olivo buen hombre!,
¡sácale el fruto preciado!;
para calmar nuestro hambre,
con su aceite refinado.
La tarde cae temprana
ya se acabó el varear;
asomado a mi ventana,
veo a los hombres llegar.
Vienen cansados
de tanto trabajar.
J.Plou
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