Cuando Dios creó el Mundo,
se le olvidaba la mujer,
por eso, de una costilla,
la tuvo que hacer.
Mujer, sensible y madura,
de fácil sonrisa y ligero llanto;
por tu gracia y hermosura,
el poeta cede a tu encanto.
Por tí escribe sus versos,
que hablan de amor y de luz,
de caricias y de besos.
J.Plou
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