Vergel risueño, florido jardín,
el verde y rojo del nítido ababol,
y el impoluto blanco del jazmín,
reflejan la luz del incansable sol.
Aquí estoy, entre flores y cascadas,
con aroma de rosas y claveles;
de las aves el cantar y arrullo,
suena la brisa en plácido murmullo
y el jardinero entona una canción.
Sobre la hierba verde,
en su margen me desplomo.
Sobre la rama del tilo,
aparece una paloma
y en la rama reposando;
no se asusta la avecilla,
aunque me quede mirando.
J.Plou
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