miércoles, 12 de febrero de 2020

La noche


Rumor de tren cargado y lejano,
ruido semiapagado de algún coche...
La gente se ha recogido temprano
para gozar la belleza de la noche.
La sábana recibe amigable,
el calor de mis músculos cansados,
arropando con suavidad amable,
mis miembros plenos alargados.
Hay paz y quietud en el mundo,
y en mis deseos de áspera belleza,
un misterio fantástico y profundo,
en el que vaga sedienta mi tristeza.
Sucesión de cosas imprevistas,
no deseadas, inalcanzables, olvidadas;
agitan mi alma con denodada furia
y ya en las persianas bajadas,
teclea su canto dulcemente la lluvia.

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