Tus labios son de humo encarnado,
como una copa de un jugo encendido,
un corazón de caracol ondeado,
una flor de un bronceado tímido.
Tu boca, tiembla suavemente,
cuando la mía llega a su rocío,
cuando la beso entusiasmado,
cuando llora como los niños.
Tu alma se mantiene pura,
como la bella amapola,
entre los mares de trigo.
Una estrella dulce, un pistilo
que lucha por ser flor
Eres una paloma convertida en ángel,
una corona que me alumbra con sus cirios
y que me calienta la sangre como el vino.
J.Plou
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