
Estoy sentado en un banco del parque,
pensando en ti, extraviado,
aquí reinventándome las palabras
al acorde de las horas,
paseo por tu jardín de alucinaciones.
Dime que me quieres pero no en tus notas,
no por teléfono dime que me quieres,
como en aquél pueblo dormida a mi lado,
dímelo suavemente sin remordimiento,
para ser como soy en el devenir del verso,
fantasma de tus desvelos ¿no me lo dices?
Quiero contarte mis insomnios,
caminatas por la hierba, me caigo y peleo,
pellizcando las noches al recibir tu mirada,
alumbrado apenas por tus ojos.
¿si no me dices que me quieres qué soy en tu vida?
cúrame con tus manos, pon tu imagen sagrada al sol,
para que naveguen mis páginas en letras.
Consuélame con el desconsuelo que no consuela
dime que me quieres o que no me quieres,
porque me ahogo, porque me quemo.
J. Plou
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