Del desierto me salí,
y al polvoriento desierto he retornado.
¡ Todo lo que viví,
era todo imaginado,
porque regresar, a mi me está vetado !
Ya se perdió mi huella...
ya solo queda el destino;
una fugaz estrella
que tiene el desatino
de que el tiempo sea divino.
Fuerte sopla el viento,
formando de arena un torbellino.
Silbando como un lamento,
y en este gran remolino
no para de girar mi destino.
Y ¿si nada existiera,
y fuera la arena creando un espejismo;
y la vida sólo fuera
exactamente lo mismo,
que un relámpago cayendo al abismo?
Me siento naufragando,
la arena me ha confundido;
si me estaba equivocando,
hoy he reconocido
que no ser, es mi sentido.
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