La tarde cae lentamente
sobre estas cuatro paredes,
a eso se reduce en mi mente,
el misterio cada día.
Hay razones, para pensar
en la inútil existencia
de los párpados al cerrar
la luz de mi conciencia.
Hay sueños que se olvidan,
otros, se insinúan brevemente,
casi todos terminan,
los más se derrumban inutilmente.
Al final, llega la noche,
soberbia, amenazadora,
pero herida de muerte.
J. Plou
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