Por más que busco por la mañana,
en los espejos alguna sonrisa
y de las aves sobre sus ramas,
sonidos gratos y melodías.
Por más que elevo a los espacios
a la inmensura, fugaz la vista,
ajado mi pecho, letal suspira
y a mares bebe melancolía.
Por más que corra inquisidora,
en mil regiones, mi mente activa
y en océanos de luz se bañe,
como una diosa mi fantasía.
Por más que busque, con anhelo,
con la esperanza, alguna delicia,
dolorido mi pecho ajado,
inmerso en penas, letal suspira;
como enjaulada la golondrina,
a falta de amores y de caricias.
Por más que busco de los recuerdos
en el archivo, las alegrías.
Por más que el alma recuerde
de aquellos mis mejores días,
el leve recuerdo de la ventura;
en el pecho, letal suspira.
Como la alondra, que triste pía,
lejos del nido de las caricias.
Por eso rueda como torrente
copioso llanto por mis mejillas...
y mares forman donde se ahogan
de mi esperanza las alegrías...
Por eso lloro... y en el recuerdo
mi ajado pecho letal suspira;
¡que corta se me hace la vida!
¡a pesar de estar lejos la infancia mía!
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