Al pronunciar tu nombre, mi labio se convierte
en una flor de pétalos dulces en la madrugada.
Decir esta palabra es nadar contracorriente,
en un río en el abismo de una noche estrellada.
Al pronunciar tu nombre mi voz se queda,
temblando entre las redes de un beso.
Decir esta palabra es como tocar la seda,
detener el tiempo y libertar a un preso.
Al pronunciar tu nombre, olvido los agravios
y de bellos poemas y canciones me acuerdo.
Decir esta palabra es como apretar los labios
para intentar besar un bonito recuerdo.
Alzar las manos para gritar tu nombre,
es dormir a la sombra de un árbol florecido.
Decir Pilar, siquiera por una sola vez,
es sentir en la rama del corazón un nido.
J.Plou
No hay comentarios:
Publicar un comentario