Las ocho y estoy contigo.
Si sientes soledad vente a mi lado,
porque este atardecer me ha dejado
chafado como un higo.
El sol rojo de abril que persigo
detrás del horizonte ha pasado
en lento incendio y ha quedado,
una luz de la que soy testigo.
Sonríe, y que se mezcle con el viento,
esa alegría que hay en tu boca.
porque de ella estoy sediento.
El sol, como un limón, ya se apoca.
Levanta tu alegría al firmamento,
que quiero escuchar tu risa loca.
J. Plou
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