Las palabras ya no suenan,
como sonaban antaño,
en los versos y estrofas.
Las palabras ya no crean,
canciones melódicas,
ahora son: coágulos de sangre.
Arden, arden las casas,
y en el corazón, una espina
se astilló entre fronteras.
Las palabras no son himnos
ni cantos de alabanza,
ahora se han convertido,
en gritos de terror.
J.Plou
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