
Cada día recorro calles sin prisas,
sin darme cuenta de mi decadencia,
pues no me doy cuenta de mi dolencia
y al final llego a casa hecho trizas.
'¡Qué bien estás!' me dicen con sonrisas
los compañeros de mi adolescencia.
y entonces con máxima paciencia,
les respondo con expresiones huidizas.
Las ganas de vivir son muchas,
aunque ya tenga listo el equipaje
y he soñado que voy de viaje.
J. Plou
No hay comentarios:
Publicar un comentario