Entre tapas y risas, la charla avanza,
la tele parpadea, El Intermedio alcanza.
Con el Gran Wyoming, el humor se desata,
un análisis agudo entre bromas se trata.
Es gracioso porque es verdad, lo pienso,
la sátira afilada corta el silencio.
No todos aprecian este absurdo juego,
pero en cada noticia hay algo nuevo.
Entre aceitunas verdes y tapas preparadas,
surge un sketch que burla cosas pasadas.
La Semana Santa se torna en parodia,
un desfile de sombras, una cruel ironía.
Carlos Mazón, el blanco del día,
"Nuestro Señor de la Perpetua", decía.
Responsable de males, tragedias pasadas,
en la risa encontramos verdades olvidadas.
El humor, refugio de un mundo en apuros,
critica a los poderosos, desenmascara muros.
Así en el bar, entre amigos y risas,
me pierdo en el eco de verdades precisas.
La risa es un acto, un grito, una danza,
y en cada broma, una leve esperanza.
Que mientras haya tapas, y un buen programa,
la realidad, aunque dura, se vuelve más liviana.
J. Plou
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