En mayo asoma el sol radiante,
Granada despierta en danza vibrante.
Las cruces florecen en cada rincón,
un lienzo de vida, fiesta y emoción.
Adornadas de flores, manto de color,
las calles susurran un canto de amor.
Vasijas y platos, cerámica ancestral,
en cada esquina, un tesoro cultural.
Con mantones de Manila, ellas se visten,
mujeres de fuerza, que al alma conquisten.
Hombres de corto, con gracia sin par,
bailan al ritmo del folclore popular.
El vino se sirve, dulce y tinto,
las risas son ecos en un recinto,
donde todo el mundo van a bailar,
las cruces de mayo, les hacen soñar.
Granada resplandece, su magia no cesa,
en cada festividad, una nueva promesa.
Así, en mayo,celebrando su esencia,
¡oh, Granada hermosa!
J. Plou
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