Las pulgas sueñan con un peludo can,
mientras los pobres, con rostro inerte,
trabajan tan solo por un trozo de pan,
esperando que un día se asome la suerte.
Los pobres, son nadie, sin dueño ni nombre,
son los ningunos, los que viven en quiebra,
son ecos en la historia, susurros de hambre.
cazando ilusiones, corriendo en la niebla.
Viviendo y malviviendo de ilusiones,
jodidos en sus propios tormentos,
su vida es un hilo de privaciones,
sin medicinas ni alimentos.
Con unos derechos, que nadie reconoce,
no tienen nombre, tan solo son números.
J. Plou
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