En este día tan radiante y especial,
quiero felicitarte de forma original,
cuarenta y ocho años de amor y de vida,
un tesoro infinito que no se me olvida.
Eres luz en el sendero, un faro brillante,
tu risa es la melodía que alegra mi instante.
Con cada paso firme que has decidido dar,
has tejido historias que quiero contar.
Deseo que la felicidad sea tu eterna amiga,
una brisa suave que siempre te abriga.
Que los sueños que guardas en tu corazón,
se tornan realidades, llenas de emoción.
Hoy levanto mi voz en una canción,
por ti, mi tesoro, mi mayor razón.
Que la vida te otorgue sus más dulces regalos,
y que siempre encuentres caminos despejados.
Feliz cumpleaños, mi querida hija,
que seas feliz me regocija.
Tú eres mi orgullo, mi amor y mi fe,
hoy celebro tu vida, ¡y siempre lo haré!
J. Plou
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