En la danza suave de las hojas al viento,
se oculta un lenguaje que el tiempo ha guardado,
la brisa murmura secretos con el movimiento,
nos habla de la vida, un profundo legado.
Cada figura en la vasta creación,
es un universo de belleza y color,
es espejo del alma, sagrada lección,
al observarla en todo su esplendor.
Al amanecer, con su caricia dorada,
los primeros rayos despiertan la tierra,
y las hojas, rinden homenaje a la alborada,
en un abrazo tierno que todo lo aferra.
La naturaleza, un eterno canto,
que vaga por el tiempo en estado puro,
donde cada estación es un encanto,
y es nuestro presente, pasado y futuro.
J. Plou
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