Hoy he encontrado mis poemas perdidos,
una memoria poética que me precedía.
La he conseguido, hilvanando sueños,
hasta toparme con lo necesario,
con lo más íntimo y placentero:
un espacio, tejido por mis manos,
donde las palabras y las letras danzan.
En la semilla de la tierra,
en los pies que pisan firme,
en los corazones que tiemblan,
a veces de calor, a veces de frío.
Es en este temblor,
donde se esconde mi poesía,
como un susurro del alma.
Este Corazón tembloroso y vibrante,
palpita y se tambalea.
Es en este palpitar tambaleante
donde vive la vida, donde se siente,
una sinfonía de emociones.
Aunque sea disfrazada prosa,
es esencia reencontrada,
aliento y sustancia apalabrada,
el eco de lo vivido,
la poesía que se desliza
entre los pliegues de mi ser,
como una memoria eterna.
J. Plou
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