Deja que el amoroso pensamiento
dé frescor de agua a tu pecho,
y deja que mi sueño, en el lecho,
acaricie tu seno soñoliento.
La tarde eres tú y yo, sin otro aliento
ni otro paisaje que el de nuestro balcón.
La vida en silencio, se oye el corazón,
como caricia de una flor en movimiento.
Duermen las aves su clamor,
el cielo va apagando su luz.
sueñan tus ojos a la sombra mía.
Sueña el aire, y siento el vuelo
cálido de mi sangre. Dulcemente
va naciendo el amor, muriendo el día.
J.Plou
No hay comentarios:
Publicar un comentario